Tradicionalmente,
la enseñanza de la redacción se ha centrado en la gramática y se dan los
elementos teóricos, pero no se indica su aplicación práctica en la producción
de un escrito; ahí radica el fracaso, puesto que las normas gramaticales deben
ser consideradas en un segundo lugar y no como fundamento básico, dado que la
persona ya las ha adquirido desde que inició su aprendizaje del habla y del
idioma.
Una distribución para una
redacción de cuarenta y cinco minutos es la siguiente:
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